
San Lázaro Uncastillo
Me costó comprender que los restos existentes en la orilla izquierda del Riguel, a la salida de Uncastillo, pertenecieron a la ermita de San Lázaro del S. XII, como nos describe Mateo Suman en su Diccionario Geográfico de Aragón en 1802, que aún sabiendo eran las ruinas de la ermita de la Merced, nos dice: -Su advocación era de San Lázaro-
Tuvo que ser en un Boletín de la Orden de la Merced, conservado en el Archivo Histórico Nacional, donde conocí los datos históricos de aquella ermita de San Lázaro.
Para dar más claridad a los datos encontrados, considero interesante copiar íntegro dicho Boletín, como hice en las páginas del libro «Las ermitas de las Cinco Villas de Aragón», editado en 2021 con el nº 3818 de la Institución «Fernando el Católico» (Excma Diputación de Zaragoza).
Que dice así:
“En el primer tercio del siglo XV se fundó extramuros el convento
de la Merced, en la margen izquierda del río Riguel. Durante esa centuria
la localidad zaragozana de Uncastillo vivió un florecimiento de las
artes y las letras que propició la aparición de varias construcciones civiles y religiosas, como la Casa Consistorial o la iglesia de San Andrés.
En este contexto surgió la iniciativa de transformar la antigua ermita
dedicada a San Lázaro en el convento mercedario. El proyecto corrió
a cargo del monarca Alfonso V que designó como primer Comendador
a fray Esteban Gil.
No existe mucha documentación sobre este monasterio, que
perteneciente al obispado de Pamplona, parece que nunca fue de
gran relevancia, ni por sus dominios ni por el número de religiosos que
albergó. En 1443 el Maestro General de la Orden y creador en 1445
de la obra Speculum fratrum, primera crónica que narra los orígenes
de la orden mercedaria, visitó el convento y comprobó que el número
de frailes era de seis y su Superior seguía siendo el fraile Esteban Gil,
protegido del monarca.
En la segunda mitad del siglo XVI, con la reforma en la Orden, se
ordenó el cierre de aquellas casas más pobres que contaban con un
escaso número de frailes, en el caso de Aragón fueron las de Sarrión,
Teruel, Daroca, Tarazona, Barbastro y Uncastillo. Posteriormente volvió
a ponerse en funcionamiento, y según aparece en las crónicas,
tuvo en la figura de fray Domingo de Usabiaga una figura clave en ese
proceso. En el Capítulo de la Orden de Valencia, celebrado en abril
de 1600, se le dio la Encomienda de San Lázaro de Uncastillo, reedificando
el convento gracias a la colecta de limosnas entre los fieles.
En el siglo XIX se pierde el rastro documental del convento, se
sabe que fray José Félez, profesor de teología en el Colegio de Huesca
y maestro de novicios en El Olivar, fue nombrado Comendador
de Uncastillo en 1805, casa que gobernó por espacio de once años.
Desde entonces poco más se sabe de esta comunidad que parece
que fue abandonada definitivamente en el siglo XX”.
Por lo tanto, este Boletín de la Orden de la Merced nos deja claro que las ruinas hoy existentes a las orillas del río Riguel en Uncastillo, son las del convento mercedario, que anteriormente había sido la ermita de San Lázaro construida en el siglo XII y que en 1579, Esteban de la Brida, residente en Luesia, construyó el Claustro y Escudos de la Nueva Ermita.
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