Ermita de La Sagrada Familia.
No hubo grandes pretensiones de grandezas ni embellecimietos para la construcción de la Ermita de la Sagrada Familia en Biota; es sencilla aunque esbelta, sin columnas, capiteles ni vidrieras, pero varios ventanales inundan de luz su interior que mantiene en su retablo la imagen de la Sagrada Familia y, dos pequeñas campanas permanecen calladas en su espadaña. A su entrada, unos cipreses y árboles ornamentales van creciendo desganados por la falta de atenciones.
Desde que fue construida en la década de los sesenta del siglo pasado, cumpliendo las intenciones de una generosa familia, para dotar de servicios religiosos al Barrio de la Venta, han sido pocos los actos religiosos que se han celebrado en ella: Algunos funerales de vecinos del citado barrio y una misa dominical en los primeros años. Pero mi amigo Luis Alberto Remón, nacido en las Cinco Villas y párroco de Biota desde hace nueve años, me relata que en el tiempo transcurrido como cura en este pueblo, no ha tenido ocasión de celebrar acto alguno, como sí lo ha hecho en la Ermita de San José, cuando estaba cerrada por restauraciones la iglesia parroquial de San Miguel y cada año, el día dedicado al bendito San José, el 19 de Marzo.
¿Podrá revitalizarse con misas y actos religiosos esta blanca ermita de Biota, que antes de llegar a la población, nos recibe al pie de la carretera?
Si por falta de sacerdotes, tantas dificultades tienen los obispados para atender a todos los pueblos de sus diócesis, para que al menos les llegue una misa los domingos y festivos a cada uno, entierros y otras atenciones… ¿como van a atenderse más iglesias y ermitas?
Hoy precisamente, el párroco de Biota durante nueve años, que ha a su vez lo ha sido de Malpica y Farasdués, como antes fue de Erla y otros pueblos de nuestra comarca, tiene que dejar estas parroquias, por que el obispado de Jaca lo necesita para atender cuatro, cinco o más pueblos en el pirineo.
Luis Alberto, aunque le duela, tiene que aceptar de buen grado esta decisión de sus jerarquías, ya que como sacerdote está al servicio de la Iglesia Católica allí donde se le necesite; pero sus feligreses de estos pueblos citados, así como sus amigos, lamentamos su ausencia y esperamos que en sus nuevos destinos, encuentre el mismo afecto y respeto que por su valía y sencillez, ha recibido en las Cinco Villas.
Te despedimos amigo Alberto y esperamos visitarte en tu nuevo destino y, confiamos, nos visites cuando puedas.
Luis Alberto Remón párroco de Biota en la ermita de San José con J.Mª Rived.
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